martes, 3 de marzo de 2015
Bajorrelieve
Ten en cuenta el vuelo.
El barro y los bajosrrelieves debajo de tu boca.
Ten presente el cielo, la atmosfera gravida
de ciclos como el pigmento de una
mariposa, en efervescentes libros junto a una
cuchara.
Presente la madera con sus millones de bosques
llenos de termiteros.
El candil de abetos usurpado por el grito de una
colina en los halitos de ninguna supremacia.
Ten en cuenta el paso.
El botìn y la escaramuza del enves.
La colina de llaves y las nodrizas muy cerca
de los tomos del paraguas
examinados por dragaminas y fuentes
absolutas de corolas.
El eco.
El descenlace del horizonte que no siempre
significa una linea.
El invierno ruidoso de una medusa.
El habla y el biotipo.
La genetica del puercoespìn y las gotas
de alambre en las gasas corriendo como si fueran
de agua.
Mira el ambar.
No serà la ùltima vez que lo contemples
pero asegurate de que su transparencia queme tus
mejillas.
Ten en cuenta el submarino y la gabardina.
Los desiertos que nunca empiezan en los espigones.
Los alamares que aprenden a vivir mas extrañamente
que un trapecista, que un ser, escrito por la
gimnasia de hielo en las lamparas
donde toda oscuridad
danza con un ritmo
de alegres cadenas como el relato
o la consquita de un alfeizar, dotado de prendas
de animales como las que acostumbran demoler los
simos por la tarde.
Cuando por màs que caminan en ella, no pueden
encontrar el crepùsculo.
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