sábado, 28 de marzo de 2015

Una Flor y un Rìo




La flor es un rìo.
Tanto en la flor como el rìo todo està lleno de
asombro y curiosidad.
Y nosotros nos asombramos de que la curiosidad
sea una flor y un rio. Un señor de estaño.
Un seno de zinc.
Pero esa flor como el rìo
tienen una existencia ligada a los cometas y bengalas.
Existencia que uno u otro hombre transforma en climax.
En temple con eventos de alabastro donde
las palabras despiertan canteras
llenas de volcanes,
huertos de salitre.
Pero vuelvo a la flor. Es una rada.
Tiene misericordias de pasos al dejar de caminar por
el cemento.
Tiene una urna y una lampara que
tambièn es atardecer.
Un segmento donde la sensibilidad camina 
a una casa,
a un crisol con ademanes,
a un volumen rastreado por otro en un punto
cuajado por girasoles.
La flor como un cuerpo semejante a un rìo.
Un rìo donde las aguas desvanecen por la tarde
sus felinos.
Sus valles de adrenalina y oboes.
Donde son otros los planetas que cuentan a las cenizas
sus astrofisicas y aniversarios.




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