miércoles, 11 de marzo de 2015
La Lucidez de lo Divino
La Lucidez de lo Divino
Es una noche. Tiene un indice de desolaciòn
junto al dedal.
Una linea impresionante de sombra hace de
ella una cita con la penumbra de la inercia,
con un manifiesto hecho de inspiraciòn
que apenas comprendemos,
con un lugar donde un juglar es acariciado sòlo
por diluvios.
En esa noche, las casas vuelven a deformarse.
El amor por el mal y los gemelos
evalua el significado de los cachorros,
las melenas cruzan la interpretaciòn que dejan
los sonidos en la lengua.
Brotan las nucas.
La mirada hacia atràs contempla un tigre.
La miscelanea y el eter oxigenan los desentierros
de una axila; conmemoramos el sudor
que cae de nuestras sienes
como lo que es; es decir un conjunto de
acantilados.
Las flautas son de granizo.
Toman los parpados llegando asi hasta la brisa.
Tomas la pàgina, la intensidad es de
lagartos en ellas, de sueños que
duermen junto a la enciclopedia tectonica que
manejan tan bien hormigas.
Yace el vidrio en los arcos del agua.
Estelas de espuma son conchas de blanco quemadas
por los gorros. Es una forma de morir
invocadas por las libelulas.
Aves como el arte
siguen a las mariposas, al astro que
descuelga del tiempo una
bandada marsupial.
Las carrozas se preparan para intuir.
Los espirales desnudan el sol desde
una sola coherencia.
Una coherencia que proviene de la
lucidez.
Cuando la lucidez de lo divino
està sola.
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