miércoles, 28 de mayo de 2014
El Rociar de la Espuma
No por el hecho de haber sido gadiformes.
Ni conceder libretos para las aguilas del pleistoceno.
Tampoco por el significado entre silabas o aletas.
Ni comprender menos lo alejandrino o los cultivos
dictados por el torax.
Ni por ser juglares intermediarios de una fosa.
Viciosos crateres en las membranas.
Valles mesolíticos del hombro de una metáfora
cuando la colocamos en los nuestros
y pueda asi pensar en diafragmas.
Morir un poco màs si puede.
No por haber leido o tocado una biblia
intentando vapulear esquimales.
Rociando espuma en los gallos y vinculando
asi ambas cosas que nada tenían en común sino
era en lo disímil. Asi espuma y gallos suspendieron,
entre ellas un mundo que espoloneaba
las antorchas.
Como maniqueista del esqueleto o
los principios con los cuales llegamos al relieve
del tajo sin ninguna estampida.
Tan liberales como para pronunciar
iceberg de hidrogeno.
En la idiosincracia mas pura del aire.
Cuando llegamos a la noche entonando conciertos para
las espinas.
Guillermo Paredes
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