sábado, 17 de mayo de 2014
Naturaleza
En esto eres parpadeo del oceano; tu
recuerdo es la proa de los minerales. La
galerìa de nubarrones formada por los
tornasoles en la punta de los pinos. En los
idearios del torpor, los lechos y la circuncisiòn
del diamante.
En esto; el logaritmo de pez con
sacrificios impecables y doradas curvas
paseadas por lo intermitente, deletreadas por
fosas de barro y quìmicas donde el sueño es conciente
hasta los sedimentos de soplos y devenires
como la espesura.
Madreselvas con dolientes oidos de abetos
allì la apariencia del ritmo amarrò el delfìn siniestro
de un simio escarbando el universo.
Dimensiones donde translitera el amor
liberales examenes de gnosis, junto a
percheras, allì toca el maleficio su
caida de flautas o naturalezas
con armònicas de cascos.
Senderos de estelas como la vocaciòn.
Voceo idealista del crepùsculo en la nociòn
del trance sin miramientos o vibraciones
llegando a la paradoja de una
exegesis que narra literaria
el mediocampo del poeta
concibiendo probetas
de algùn lado
como la corteza o la minima trompa
de las escaleras.
Donde buscamos un tambor que adhiera
particulas.
Sombras como los liquidos donde empezaba
este poema.
Y nada màs escaleras.
Guillermo Paredes Mattos
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