viernes, 30 de mayo de 2014
Pavimento
Como nombres.
Algunos estropeados por las ojeras.
Otros deslumbrados por escolasticos halcones.
Después la sombra de cada una de estas oraciones
encuentra su penumbra de hierro.
Su calíz de autopsia.
Tú perteneces a esa prehistoria.
A la herida sagrada respondiendo a
los himnos botánicos.
A una pradera tanto como al oceano encerrado
en ella.
Tú perteneces a ese ejemplo bajo la noción
de un invertebrado.
O la mitosis del estandarte, antes que juraramos
por alguien -al final lo hicimos por todos-
es una forma de llegar a la moral
pero no a la axiología.
Con el mayúsculo y cínico ingenio de una rebelión
con terrenos de maquinarias continuas
como la sociedad.
También yo obro dentro de ese masoquismo.
Lo hago sin ninguna respuesta, un poco
uniéndome nada más.
Remotamente oprimido al pavimento.
Guillermo Paredes
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