miércoles, 14 de mayo de 2014
El Himno del Cuervo
Como una enramada donde el cuervo honra
en su canto historias de veletas oscuras en el
tiempo -esas que nosotros entre la luz
no vimos- aquellas compañeras del acero y
los yelmos, llevando siniestras indicaciones,
sifonìas compuestas por un pètalo. Y un hondo
latido de prostibulos e inquisiciones
mostrandoles a su lado, que el hombre muere en
nombre de la carne y la religiòn, pero en una
de sus visiones presagiaba que tal ave
atravesarìa los siglos. Como en una enramada. Y
banderas de los partidos politicos. Las citas
del talmud en el horizonte trayendo ecos
de Auschwitz o los primeros leones devorando
silabas cristianas en los circos romanos
junto a una carta de mitologìa perdida, errante
como lo que preso pasea su mapa ontològico
por esta cordillera de ballenas. Sin aguas, sin
dientes, sin ya nada que escupir a la tierra
donde se arrastran silenciosamente hacia el
amanecer los caracoles.
Guillermo Paredes
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