viernes, 16 de mayo de 2014
Poema
En silencio los pètalos. El infinito procede
y cae bajo un templo que en armonìa con el
rayo vuelve al liquido para ser representado
por la naturaleza.
A manifestar, es una temporada donde al
formarse exodos, creabanse grandes ventanales
que por ahora llamarèmos creaciòn.
Todas deliran o llevan el sello del jinete.
En ellas el libro se desvanece.
Un libro es una civilizaciòn que cojea mientras
los hemisferios vibran.
A su lado, el lirio se fermenta, pero siempre
conservando una mosca.
Tal insecto nos ha llamado desde su crepùsculo
hasta un equilbrio donde la sal es un
periodico, una educaciòn a base
de sobrenombres.
El apodo descansa y contempla.
El estribillo de acido vuelve a despedazarse
al naufragar.
Las bacilicas pertenecen ya a las entrañas
de los emperdibles.
Pequeño se dirà es el mundo cuando
vivimos en un pasadizo.
Hablando a diario con una sombra.
Guillermo Paredes
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