lunes, 12 de mayo de 2014
Ejercicios Gamados
Se recreaba el ancla.
Era un velòdromo.
Conmemoraba renglones.
Un nombre lunar de gallocresta.
El rinoceronte americano de ningùn
estudio arqueològico.
El sonar maritimo.
El paladar que menguaba sin curva ni rigor.
Ese plasma en los hombres
dibujado en tensiometros y la densidad
de un tratado con ramplas y hormonas. Mastiles y
efemerides completaban la oraciòn.
Extrañas catedrales de desnudos.
El parapente y la escena del radio.
El ordinario escudo en la vuelta.
Las geografìas diversas junto a la pedagogìa
de un ascetismo fundado por
archiduques de plastilina.
Recreabase lo que en mì vagaba hasta
el milimetro, deduciendome y volviendo mi corazòn
un tanto lògico, irracional como la simulaciòn
y el invertebrado a quemarropa.
Todo esto era un alerta.
Un sino alarma.
La otra constituciòn de los sentidos.
Entre infinitos sin
gobernantes.
Guillermo Paredes
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario