domingo, 25 de mayo de 2014

Las Aristas Verdes








Como una arista verde entre los treboles
impregnando de azucar sus remordimientos.
Como una hoja entre la divinidad ascendiendo
nuevamente entre la hojarasca a la rama.
Como tal prodigio.
O un milagro que llega de los trenes
azotando corazas semejantes al miocardio
o ese corazòn que empujamos a diario
a las aguas
como si no fuera suficiente hacerlo en 
la brea
en el mineral y el salitre
escondido en los oxigenos
en las grandes ballestas de los unicornios
o los gritos que muerden en una sal
de mantis 
una estepa de cruces o naves 
donde los dragones
forman entre naipes someramente
una ilusiòn, un espejo de talismanes 
en una mariposa o el vientre
de un color cetrino
desenfrenado en las liebres o las uñas
impenetrables de los vientos.
Victimas siempre.
Luminosos verdugos que 
encuentran un aspa de locura
en su frente.
Con la cual firmar el ùltimo arquetipo
de sus huesos.



Guillermo Paredes


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