domingo, 25 de mayo de 2014
Los Angeles de la Latitud
Era una latitud. Era el deseo del angel antes que
cayera por la tierra y de ese espejismo a la aurora
caminara entre la tempestad como lo hacìa un carbòn o
el testimonio de gigantes como la piedra,ensenadas
como los abismos al recoger grabados entre los pifanos.
Era en lo profundo un lenguaje, solamente como los lenguajes
cuando acarician un rito y la cabellera desnuca el placer
de una idea descendiendo con el ritmo de gargolas y
enigmaticos templos quemando los faroles, las
linternas del nubarron donde
se desvanecìan
intervalos y luces de cosas imposibles
elegìan el trance entre nosotros, la cosa mistica
sin maestrìas revelando una acustica
la percusiòn secreta del ensamble
la armònica agonìa de un libro que antecede
a la punta del caballo antes
del liquido.
Sobreviviendo silenciosamente en la punta
de los algodones.
A todo lo hialino de los aquelarres.
Guillermo Paredes
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