sábado, 10 de mayo de 2014

El Día y su Lirico Sacrificio







El día es acaso este movimiento al completar
un río.

La naturaleza con arquetipos de yelmos en una
voz de pleamar rompiendo con la brisa
o la rafaga que dejamos caer entre
amaneceres donde el cuerpo es
el lirismo de una
conmoción.

También es una casta, donde el vacío inunda
los pliegues que la transparencia
arrastra en forma de bolidos
entre las astas o el molino
presuroso del sueño
o la maldición en
las escolleras.


Pero es el día, quizá el torrente del mineral
bañado por exordios donde el universo
separa el bien del mal por asuntos
burocraticos con la religión
y sus monitores 
dogmaticos.


Y digamos que cada corazón escribe los suyos.
Cada silueta de las entrañas siluetea los
pajaros graficando el abismo en
la mirada de una vida antes
de entregarlo.

Y entre reminiscencias escritas entre
la naturaleza, comprender
- volviendo al día-
que cada uno es sólo un sacrificio.




Guillermo paredes 





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