miércoles, 15 de junio de 2016

Otros Yelmos





Son yelmos.

Lo sè por los pàjaros que yerran ideales
y por algunos conceptos que
descienden de sus vuelos.

Por las palabras que terminan de 
describir una boca en el aliento y los acentos que 
van de la lluvia a los candiles, llenos de fogatas
y unciones propias de la sal
en las mandibulas.

Son otras estructuras. 
-tal vez menos usuales, que las nuestras, no sè-
Otras historias de muerte descendiendo
a las ciudades, con la intenciòn de terminar
con todo lo que existe.

Edificaciones donde el barro 
no siempre es sustituido por el eter, pero
se derrama en sus cascaras con orificios que la
noche parece despertar y asi
abrir un oceano, por el cual llega al 
siguiente dìa
el alba. Toda alba -hay que añadir- no es lo 
mismo que una mañana. 

Son otros parques. Los que estàn aquì buscan la
coherencia debajo de los martillos. Caminan
entre los ojos descifrando aquello que
une las coincidencias a los
vagones.

Son insurgencias, donde el platino recoge
el esoterismo de una invierno para rozar desde 
el espìritu del mismo la lluvia.

-cosa que sòlo estaba destinada a los hombres-

Son otros rieles.


Otros lampos.

Unos se encierran en un primer momento entre
la iridiscencia.

Otros vagan por los finales del mundo.

Y de una otra manera, tarde o temprano 
terminan desprendiendose sobre
las entrañas de la realidad.

-y lo que es peor-

Sobre las de nuestras vidas.













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