sábado, 25 de junio de 2016
El Polen de una Amapola
No recuerdo una figura por sus preguntas o sus
velos. Tampoco puedo hacerlo por las fechas de tela
que llevan sus pensamientos o la noche es continua
como un parque o algo se deshidrata
en sus galerìas. Muy cerca de otros procesos.
No puedo imaginar un muelle, porque el mismo
siempre termina desbaratando esa imagen y
despuès hay un vuelo de corolas.
Tampoco he logrado describirte, graficar las
palmeras que datan de siglos en el helio, ni poder
oir en las siluetas, las rafagas de agua que lanzan
al poder una sombra.
No sè de puertos que se recogen en los nucleos
de una libèlula, cuando el amanecer recopila
serpientes en el polen de toda amapola.
No recuerdo una figura por sus escarabajos, ni
desciendo por las calles en los amaneceres buscando
un puente de hilo donde dialogan las panteras.
No he buscado un ser en ese puente que arranque
las astillas de los lomos de esas panteras.
He sabido de tu existencia por cosas que tal vez
sean aladas lo cual es ya un problema para la transparencia.
No recuerdo una figura, la mayorìa se rompen al
ser formadas en una metàfora y el lenguaje se aproxima
a ellas, hiperbolico y lleno de saetas como siempre.
Totalmente desesperado como el hombre.
No escribo desde la inspiraciòn porque siempre
està levantando cadenas y en los sitios que pertenecen
a los espolones, sus estampidas dejan ver daguerrotipos
de aceite.
Todo es nocturno en un mundo donde no se digieren
las fresas.
Todo es oculto como una mandarina de leche en un
eclipse, juntando antinomias.
Todo es lògico igual que la lucidez al morder una
dimensiòn de la lògica.
No podrìa hablarte del prado, del buque en la voz,
del galpòn en el techo donde todavìa no llegan a
precipitarse los bosques con esa unciòn
que muerde perspectivas marrones
atadas al idioma.
A los alfabetos.
A veces.
No en este instante, en que todo ha sido descolgado
lleno de candiles sobre una hoja.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario