martes, 14 de junio de 2016
El Otro Lado
Te ha costado reproducirte.
Aparte de ello, te fueron sumando durante la
existencia idilios tanto como espeleologìas.
Tal especie de sufrimiento -sin embargo- no es el
que pertenece a las libelulas, ni el que gira
junto con las polillas en circulos
desesperados, ante los focos
de luz cuando llega
la noche
y las cosas que nos rodean nos dicen que sòlo
algunos seres pueden desarrollarse en la oscuridad.
Por supuesto no estàn hablando de nosotros.
Nosotros tenemos que encerrarnos en
estas paredes y rogar que en las mismas nunca se
formen pliegues ni arrugas. Llantos o
botellas.
A nosotros nos toca condenarnos entre los mismos
rostros de una casa. Entre los mismos animales.
Y esa termina siendo una armonìa donde los
espectros forman sus inquisiciones. Sus pactos con
los dioses a la deriva, sus treguas sòlo con la
anilina.
Te ha costado llegar a las reencarnaciones.
A las resurrecciones.
Al mineral de la avispa en direcciòn a las poleas
y las nutrias.
Por lo demàs no hay màs obras en estas ruinas.
No màs que aquellas que enseñan los naipes
por la tarde al doblar el crepùsculo
para no tocar el horizonte.
Sòlo las palabras que se forman al otro lado
lo saben.
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