martes, 28 de junio de 2016
Los Caballos Imposibles
Una vida duerme entre la realidad, igual
que un epiodio.
Las estrellas describen en sus latas de
leche, corzos saboteados por el humo.
Grisaceas plazas de nuebes confunden
una punta del invierno con las
sudestadas y en los
hematomas, las larvas liberan puntos
de idolatrìa.
-todos siguen denominando las peninsulas-
Las bicicletas despiertan el barro de modo
transparente. Burocracias de polen responden a
los coloquios transados por el lenguaje
a un fruto.
Las distancias se extinguen en una cuchara
donde los menguantes
son concebidos por el frìo.
Una vida duerme entre la realidad y quizà
esa sea toda su aquiescencia.
Largas caravanas de fugitivos toman objetos
de las venas de manera azulada.
Las puertas se desvanecen buscando
auroras en los mitos.
Muelles de antitesis alcanzan las dialecticas
de algunas migraciones, en estas los
muelles forman su fosforescencia
con partes de hierro
en sus hilos.
En las escencias con que se estructuran algunas
de sus auras.
Donde caballos imposibles esperan.
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