martes, 28 de junio de 2016
La Pregunta por los Buhos
Un poema podrìa extenderse.
Quizà prolongarse como un epitafio a travès
de la lluvia.
Derramar algunos de sus contenidos por
donde los labios sostienen a veces el peso de un
martillo. Un poema lograrìa decirnos
de donde proviene
si inclinaramos un poco màs sus torres.
-sin que ello quiera decir que un poema està
hecho de ellas-
Un poema podrìa reconocer el sabor de una
aceituna, en un crepusculo de estambres junto a un
sobresalto, mientras los dioses escupen sobre
la arena y los dromedarios recuestan sus
cuerpos sobre un conjunto de medanos
hecho de lunas. De lianas,
de eticas como un astro
de puros convencimientos como los que alquilan
en un lunar, el rostro de los diluvios
bajo una seca humedad
de equilibrios.
Tal vez nos ocultarìa de los enigmas el peso
de las estrellas, envueltas por expediciones y
cantos que agitan los bolidos de una marea
escarlata
entre cordilleras de desencanto
donde se mueven
indicios de espigones y barcos que en los
muelles preguntaràn el resto de su
vida por los buhos.
Un poema es la pregunta por esos buhos.
Un poema podrìa replegarse.
Llegar a los setos de los paises astrales donde
los territorios enjuagan un planeta tras otro en una
longitud de alambres, dictaminada
por tempranas armonìas
de lamparas.
Quizà lograrìa incrustarse en la anatomìa de
una carta, donde los caligrafìas aùn
escarban en notas boreales
como la acustica de
un caracol que se arrastra en la brisa
llevando un cefiro en las manos
de sus hemisferios.
Incluso podrìa identificar los datos celestes
de un demonio, plastificado en una idea ancestral
que tù y yo tenìamos de una cresta
de un hilo milenario donde
los espejos han
abandonado los reflejos para verse y perpetrar
asi el origen de otras ciudades.
De otros obreros.
De otros microbios bajo la cama.
Inundada dentro de unas horas, por mares
de acidos y lejìas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario