martes, 9 de febrero de 2016
Poema
Los barcos se llenan de pàjaros.
De nacar el sol que los acaricia en una de
sus prendas.
Tan extraños como un movimiento de
seda, ahora que la tarde empieza a ser
cubierta de mercurio.
La tarde y sus orillas. El ser que en ellas
imagina o despide. Que encuentra travesaños.
Que se desliza u oprime en la circunferencia de un
àrbol. De un barco que se llena de pàjaros.
- es el ùnico en la playa-
Asi llega a la mirada aquel ser.
Con sòlo un esbozo en los ojos.
Trinos bajo la sed de un pabellòn encantado.
Gorjeos en la copa donde algo iridiscente posa uno
de sus pliegos hasta que alcanze el sueño en las cupulas.
Esas cupulas que sin nin duda seràn devastadas
por los cometas.
Y tù màs que yo serà quien aasista a ese
acto.
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