lunes, 29 de febrero de 2016
La Mirada de los Hombres y Viceversa
No serà como sucede en esta hoja.
Tampoco serà igual a lo que acontece
en aquella donde se decidiò afiliar al amor
a un mamifero.
Se decidiò lo contrario.
No puede ser igual a los ejemplos de la poesìa
cuando duerme y el espìritu muestra cosas celestes
por el mundo. Los cornucopios que aterrizan en la gravedad,
digamos.
Lamparas de evanescencia donde euclidianos los gatos
escriben los preludios de una efigie, tomada por el mar
cuando es un torno y las casas dejan oraciones de yeso.
Entonces.
Entonces no pertenecemos a los exilios de aquella lampara
ni su saqueo de la luz ni de la hierba, cuando
nos encontramos solos y tenemos referencias a un astro
donde se escribe que sòlo ese hecho es cierto
y no hay mas relieves que
aquellos dirigidos entre la porcelana a los puntos
semidorados de las arcas
No es como este relicario donde se objetan cometas y el
siglo despuès posa su marcha de revelaciones
junto a una iguana y en el coral,
se eligen recipientes de vidrio, nombres de parentezcos
en el horario de las crines,
con pedazos y superficies lunares donde sabrà dios el peso
del oxigeno. Sabrà dios digo. Porque ademàs es
invisible.
Tampoco es precisamente el oceano, divulgado por una
montaña y tampoco el muelle de crisolita, lacerados
por bacilicas de curvas que se
diseminan
o encuentran las medialunas de un ojo en la piel lleno
de genesis como los poros o historias secretas desnudandose
en una ventana de rejas por donde ya cruzaron
los lustros, los pròlogos,
las edades de una casa donde se inspiran secretos arreboles.
Diluvios con equipajes y secuencias de papel
semejantes a un equipaje de notas dimensionales en la
memoria, donde son creadas una maqueta diferente para cada astro.
Para cada astro devorando la mirada de los hombres y viceversa.
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