martes, 9 de febrero de 2016
Culturalidad de una Noche
De todas las noches hay una que devora.
Se sienta en lo que han dejado de los papeles los
caballos. Y encuentra en el rigor rituales de zinc.
Una que devora y nos hace escribir que en cada
avenida se estinguen los fanales.
El destello violeta de un circulo.
Tomo de la noche aquella honda dormida durante
siglos en las ventanas. Desde ello se concentra en otros
aludes y es carnivora.
Todas llevan ademàs de plastilinas, periodicos.
Todas son entre pronosticos aquello que limita con
los maleficios.
A veces yo pienso en la magia por ello.
No todas las noches he escrito,
Las que llegan a nuestros mentones con un climax
de bronce, son diferentes. Estas noches son inauditas
como el arrebol o el pelo del caballo.
No todas, lo cual significa que en casa ola hay una rada.
Quiere decir tambièn que en cada musculo pisado
por sus huellas hay una profunda danza anterior a los
capitulos. A los moluzcos que arrancamos a las galeriìas
de brea donde cierran sus parpados los tallos.
De todas las noches, pero bàsicamente de aquella que llega
con un rendimiento azul.
Aquella que es guiada entre imagenes por hombres
y semidioses.
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