domingo, 28 de febrero de 2016
A Cierta Hora
A cierta hora hay un pàjaro.
Una historia del ser habita en su interior,
ademas, una hoja muy particular en los arreboles que
acompañan a una araña, es creada.
A determinada hora todas las cosas significan
un megaterio.
Lo que es prohibido està colgado por los
paneles de todas las calles.
Ascienden las leyes acompañadas de
implicitos verdugos de carne.
El sol se transforma en un
compuesto quimico, sobre el lomo de los perros.
La piel de los hombres toma la naturaleza
del sebo y de la gelatina.
Vuelvese ritual ese horizonte que vuelvese
por un instante, exacto.
La materia ensortija pedazos de agua.
Se esparcen anuencias como jarcias, todas de
barro descartando un idolo en cada una
de sus secuencias; el idolo es de
arena.
A determinada hora, un reptil màs actual
tiene gestos que no se cristalizan, que atan un
chorro de agua en las mangueras
antes de alcanzar un nido, un movil, una respuesta
en el orden de los simulacros.
Cuando las cosas estàn hechas de tiza
y los diàlogos de sol
cubiertas de andanadas microscopicas de
azogue en el pelo.
Por ellas caminamos.
Como si lo hicieramos a traves de los espejos.
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