jueves, 18 de febrero de 2016

Lo que Heredamos





El cuaderno en la mesa trae un parpadeo.
El nombre a travès de sus batistas lo presiente y enumera.
Antiguos los ojos del mar que ascienden por
una marea.

El sueño abre una hoja disputada por sus entrañas
al cuerpo.
Algo se abre paso entre jirones de niebla hasta alcanzar
el enigma.
Los pajaros avanzan debajo de las calaminas
donde los legados duermen confundidos con las encrucijadas.

Palabras de extraños trazados en los soliloquios.
Especies de cadmio traidas por un poema donde el oceano
significaba un abalorio.
Puertos de maquinas con extrañezas de limòn.
Lineas en las palabras cuyas fotas yerran como acertijos.
Sinonimos de hambre recorriendo los trenes en cuclillas.
Manchas de adioses una mañana en que los
atomos son manchas de fuego que liberan
sus apostolados.

Nùmeros de tijeras con relojes mimeticos.
Llamaradas de frisos con fragmentos de lenguas.
Capitulos de hierba escribiendo en el interior de un capitulo
donde las palabras ocultan a los sonidos de las mismas
en el silencio de las formas lunares.

Ensenadas descritas por caleidoscopios.
Nùmeros de valles al final del proscenio, donde la noche
sepulta una medalla.

Caballos iguales al origen.
Manadas de oxigeno y desde la razòn un diluvio
de artropodos.

Cometas desde aquel que arrasaba de niño las agujas
y telepodromos.

Caballos transformandose en figuras al final de
la realidad.

Edificando de esa manera, lo ùnico que bajo el sol
heredamos.










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