miércoles, 10 de febrero de 2016
Los Higos Amarillos
Un cuadro de arena de arena musita sobre
la espuma algùn color de angel.
Campanarios y dormitorios revientan en un
rìo de estro.
Designamos las crestas desde una estrella
que divide sus alas.
Buscamos estàmpidas desde un manantial de
fiebre llamado a ser columna.
Separamos los techos del aire intentando ver
que hay màs allà.
Nos extrañamos ante un rìo que bebe de las
lamparas de un cuerpo desnudo en la tierra.
Molinos de profundidad arañan un cuerpo
de cabeza roja.
Las llamaradas en un cuello despiden alambradas
de jardìnes violetas.
La escafandra vuela hacia el horizonte con un
horizonte de higos amarillos.
Siluetas y buques se empujan entre ellos luego
de haber sido apilados en una ensenada.
El amor que era un simio es recortado por una
flor naranja.
Patios de glevas y ligas se ausentan entre los
juguetes y dispersase un nido.
Grietas de fango confundidas con el trigo
edifican un tunel.
Los sonidos se dirigen a los sonidos de las mas
extrañas armonìas.
Presagios de girasoles embetunan las ciudades
donde se oculta un rito.
Paseos de verde en los retratos de una colina
despertada por el hollìn.
Despertadas por colinas que ya antes fueron
arrebatadas a las sienes.
Un amanecer de molinos y collares amarillos.
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