jueves, 17 de diciembre de 2015
Poema
Al final del pasadizo se encuentra el poema.
Atraviesa la noche y forma su cola cuando acaba
el mismo.
Piensa en los muros de manera transparente.
Cala en las sienes del murcielago.
Ha disputado celajes al abismo de manera coloquial
y conducido la astrologìa del diàlogo.
Ha desertado en los colores de los prismas.
Ha arrancado besos a sus labios desde la soledad,
igual que los amantes.
Acariciò las conchas del aire en el nacar.
Fructificò en las cadenas, se multiplicò en los eslabones.
Irracional como alguna carta, caminò hacia la jerarquìa
de un velero, consumido por las astas.
Antiguo como un feretro de magma a la deriva, soplò
en los mitones donde el sol es presente como una galera,
llena de cuadrigueros y puentes considerados bajo
los relampagos de una curvatura, de un izaminento,
de una estalactita.
Al final està el poema.
Llenò de escarabajos las urnas.
En su saliva vagaron hasta encontrar los mentones
un caballo, la piel del jinete, la urbe del agua.
En sus pàginas de hallan los origenes de un muelle
donde se consumen las corbetas.
Real o imaginario como el destello de los dìas
cuando abandonan los cabellos transformandose en
ceremonias, cubriendo asi de liturgias una chompa,
un alhelì, una estela violeta que sigue molinos
desde el tiempo en que fueron creados los hombres
recorrìan el universo en la conciencia del verbo.
Justo antes de que formaran las primeras palabras
las helices.
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