miércoles, 2 de diciembre de 2015
Poema
La intensidad de una hoja es la misma que se agita en
tu cuerpo. Desearìa hablar de tu cuerpo, cada cierto tiempo
como no lo hace el amor. Esta mañana veo al amor
como un jaguar en un velero. Alguna parte
de èl, llegarà sin darse cuenta a tu piel.
Lìmites de oro crean un atolladero en tu carne. Pàginas
deambulando en el alba junto al enunciado de una
casaca llena de senos. Son otros movimientos de la realidad
cuando esbozas. Cuando sigues a la sangre. Cuando
te levantas de un casco para observar la emociòn de
una quimera.
La intensidad es tambièn una de tus cabelleras.
Creì en esa intensidad de acuerdo a los polinomios que
vagan por sus sueños. Entreguè un pedazo de mitografìa
a sus plumas.
Pedazos de arpas guardados por las focas. Aliento de
balsas allegadas a una piscina donde el ideario
de un presagio continua a la llegada de la creaciòn formando
asi los nudos; es una forma de escribir aùn esos nudos
mientras irrumpen nocturnamente en una balsa.
En un galeòn.
Tu cuerpo que es verde porque es un vocablo imitando
a la lluvia. Las naciones en èl con un adjetivo
dedicado a la ilusiòn. Su coreografìa junto a una llave
con la cual volvemos a abrir las puertas del corazòn
en el diluvio.
En las formas del agua.
Donde la intemperie empieza.
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