martes, 22 de diciembre de 2015
Devenir de una Espina
Hoy no llegarè a la espina.
El agua tiene un corte en sus fibras que es el mismo
de alguna idiosincracia en el celo. El movimiento
de los baules es un invierno hermetico.
Alguna palabra como el flanco toma la resurrecciòn y los
vellocinos. Otra igual a la escritura desnuda los cielos
donde un craneo de madera estiliza su silencio. La soledad
de una historia de limites. La formaciòn de una pared
ebria de tatuajes en uno de sus microscopios.
Hoy no llegarè.
Hubiera bastado un nombre de la realidad para ello.
Uno que como concepto dejara la fantasìa en los arenales donde
màs tarde cumplirian su cita los nimbos con los ejes. Uno
que tomara la pestaña actual de la piedra. Que no
ignorara los dìas del polen como lo hace
el calor. Uno lleno de engranajes desnudando una conciencia
de agua en las uñas
cuando la poesìa lo ùnico que toma de los minerales
es un extraño cometa. Un tajo de carne e iluminaciòn. Un preludio
de gotas para las ancas.
Y en ese hoy al cual no llegarè revisaremos las escarchas.
El sentido de un radio en el cosmos.
La tribulaciòn de un estadio venereo en las hojas.
Y diremos alud.
Escribiremos diciembre diverso y variopinto antes que las
estrellas intenten derramarse, antes que el sueño impregne el
estìo de cosas antiguas como los violines en un hiato de hierba,
en un significado de islas.
Volveremos a las peninsulas.
A los prismas.
Al hemisferio que es una libelula y se transforma en presente.
Acompañado de una esquina a la cual hoy no
llegaremos.
Sòlo por haberlo conjurado.
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