martes, 5 de enero de 2016

Una Pàgina






Era una pàgina y viviò de manera ideal.
Para hacerlo resucitaba las cosas.
Se sujetaba con paciencia al talòn del papel, escribìa 
de las mesas como si lo hiciera de un lampo
acercandose a la realidad y pronunciando
los nombres de la misma.

Aquellos que involuntariamente guardamos.

Los nombres de la realidad son marrones.
Manifiestan sus palabras siempre ligados a los ejes.
Escriben en las particulas reconociendo alguna manera
de interpretar la nieve, de percibir los nervios.
Redondean plasticos y ceremonias.

Es una pàgina donde los tenedores duermen
o buscan sus cigarras. Sus colinas de pàjaros, sus advientos.
Sus colosos y sedentariamente vagan a los minaretes con
formaciònes de volcanes en sus prologos. Con una
versatilidad de crateres mientras erupcionan.

Ideas de salitre donde las cartas recogen niños
de las alambradas. Herencias de murallas donde en sus
diminutos huecos una forma de pisada que no era
la nuestra se convierte en figura. Nosotros
miramos en su sombra. En su futuro de sol amarrado
a la caspa. En su recogimiento de algas
donde indagan los galeones.

Allì el oceano tambièn es gramatical como la pureza.

Era una pàgina que viviò y vivirà de manera ideal.

Y su ùnico escrùpulo es el poema.








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