jueves, 21 de enero de 2016

Los Plenilunios del Aire




Un prehispanico oceano.
Junto a èl, un edificio que logra ser primitivo
y roza las rodillas.

Selvas de omoplatos llegan con sus alambradas.

Paises y continentes con una chispa de silencio
donde la intuiciòn es de agua.

El rostro polifacetico del espejo
en una sombra majestuosa de limòn que se arquea.

Divisiones de vidrio con el mundo y tras ellas
los manuscritos del sueño en un leprosario.

Craneos donde la figura del sol en los ojos
crece igual que dioses de plastilina.

Historias de un rìo con alamedas de carne.
Constituciones de luz en un plato. La tormenta creada
por una caricia cuando los tropeles se dan entre 
los dormitorios, semejantes a ceremonias
de carne. Todo esto pertenece a los cuerpos.

El resabio de un rìo donde hubo un oceano de
lagartos. La tierra estaba untada de aceite entonces. 
Llevaba espacios mostrandonos los acantilados
de un bucle.

El bucle ya antes habìa formado una sortija.

Y la habìa arrojado a los plenilunios del aire.







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