martes, 26 de enero de 2016
Bovedas Plateadas
Esa hora despertarà de cualquier manera.
El cansancio en el travesaño volverà a descomponerse.
Algunas palabras como el milagro buscaràn un cuerpo por
la noche, igual cuando un pie busca el peldaño.
Animales que trasladan sus sortijas a los manantiales.
Pasadizos que abren una goleta para el sueño de las escafandras
con un reloj de savia que duerme entre los pàjaros como
si fuera el tiempo.
La hora despertarà. se acercarà a los universos como la
historia que intenta precipitarse. Tocarà las ilustraciones en las
yugurales de la orilla.
Asaltarà los farallones donde el sentido del infinito
deja en la apariencia la sensualidad del grillo en los peciolos.
Orillas que redondean esferas en el sudor de las gaviotas.
Flotas que eligen la dimensiòn de una manzana por la noche
para soñar.
Tactos de espuma que llegan desde los maxilares de las orillas
con bovedas plateadas.
Arquitecturas y rangos que presentan en el helio el cuadro
occidental de una espima alimentada por los metales.
Fìsicas correspondientes a los enunciados de un meteoro
en lenguajes escritos por vesperales crisoles.
Hacia allà la hoja. Màs distante el trueno sobre una camisa
de parpados donde herencias de barro vuleven al utensilio. Al
tallo en la mandibula y la gnoseologìa de un sueño donde la
edad de la garua es un meandro.
Colocando en las oraciones de la arena estaciones de declives
fundamentales como la hierba.
Como los fanales que pasan.
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