sábado, 9 de enero de 2016

Conjuntos Gravitacionales





Ellos no encuentran un caballo.

De noche salen a buscar reliquias igual
que en las torres lo hacia una caracteristica 
primitiva.

Sostienen que la sal es un herviboro.
Que los plantigrados no necesitan de revelaciones.
Figuran en las proas de los oidos.
Dan cualidades a las abejas cuando ayunan.

Ellos sostienen que cualquier cosa podrìa recorrer las 
ventanas y no siempre es asi, para ello estàn los nucleos, las
fechas de las ilustraciones que arrastran los barrotes.
Las membranas cuya percepciòn duerme en los
papiros de una alameda.

Contribuyen al sitio de las identidades.
Evalùan las habitaciones cuando son gravitacionales.
Piensan en esa gravedad reciprocamente como lo hace una
isla.

Licuan enlaces de grasas.
Muestran el carbòn en sus ojos con casi relàmpagos
que en lo nocturno pertenecieron a los semidioses.
Despiden a los periodicos con las rodillas. 
Resguardan en las orejas todo aquello que vuelve
a lo policromo.
Buscan en los menguantes de sus codos a las falanges.

Reaccionan cuando los esqueletos son de cera y entre
axiomas el mineral desata el salitre
de las manos
con una sola flor en sus pulmones.

Vigilan las calles.
Ensartan y maniobran 
Instruyen el nombre de la poesìa en los guantes.
Colocan el reves de las chompas en los abrevaderos para
que se sacie del universo un caballo.

No aquel que ellos no encuentran.
Es el que cierra sus pupilas en las
escaleras.

-bajo ese criterio hemos crecido-

Y en esas mismas escaleras nuestras silabas jamàs 
logran hallarlo.





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