viernes, 22 de enero de 2016
Las Redadas de la Brisa
Las voces de oprimen contra el muelle que el
oceano ha despertado en la nieve. Son voces que llevan
cascaras de pinos como el horizonte.
Son diafragmas con conjuntos de ojos de iguanas
en las ceremonias de los bordes y los roces.
Son florecimientos en una cabellera de arroz que
las sienes sumergen en las caidas de los acantilados.
Son tambièn los precipicios de una silla con naciones
doradas.
Las anclas en una mesa. Los emperdibles que forman
la ceremonia de los platos. El tenedor y los gestos de una
cuchara cuando es dirigida hacia el eter.
Son tambièn los labios que ya no son pètalos ni
cubren la hojarasca de un tambor en las redadas de la brisa
o los amaneceres que dejaron de ser constelados.
Son los crepusculares dibujos de una torre
en los oboes del alabastro, con mitologìas de mareas o
timpanos que vuelven al oceano llenos de
plateados esgrimas.
Es el dios que se queda en una mesa masticando.
La cultura del mar en los hombros y la ciencia de una nuca
inventada por piramides.
Es el simulacro de una formaciòn que inclina sus fragatas
al sur donde descansan los papiros.
Entre pavorosos animales construidos entre los
crespones y los vidrios.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario