domingo, 3 de enero de 2016
Devenir
Es tarde.
El cristal se debilita en las ventanas
donde los pàjaros dejan sus adioses. El fulgor
despierta entre las siluetas mostrandonos su
claridad.
Silencioso el latido de lo humano
que trepando por las cabelleras de los fardos, deja
ver un idolo de ceniza, ignorado en esta hora
de plenilunios con las selvas de
nuestra imaginaciòn.
Extrañas ruedas de espinas en el cansancio.
Crepùsculares nombres de un oceano al adelgazarse.
Fibras de limones y carbones aislados por
una flor reciproca.
Tarde. Algo ha sido colocado de manera extraña
en el espìritu.
Alguien ha terminado la tarea de las feromonas en
el tiempo y acuchilla una danza.
Las estrellas respiran eso perpetuo en las manos,
acuñado por travesìas de hilos.
Tembloroso el evento que toma la flexiòn de la hojalata.
Tembloroso el cultivo de transeuntes reflejado en el brillo
del pelo. Antiguo el evento que cae del sol a una yarda, que
cae de este candelabro de barro a una aurora de teas.
Y en aquello que empieza a separarse del tiempo para
pronunciar que termina.
Eso donde parece que todas las cosas del mundo
acabaràn.
Eso es tan solo otro paso.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario