miércoles, 27 de enero de 2016
La Piel del Pez
Poseo este tacto.
El dios está sentado sobre la orilla enumerando
las olas.
Los primates trepan esas olas.
Los cadaveres que instruyen el sentido de los nervios
entre la belleza, descuelgan estéticas provenientes de las
sienes, de los mundos donde un lemur construye un
mercado.
Un esternón de azucenas desciende de los bancales,
asi que nos encontramos centimetros mas abajo
de los mismos. Seguramente aquí alguna vez soñaron
los dorsos.
Piedras escenciales en la cebada de una nave, donde
las sillas constituyen peninsulas emplumadas.
Leyes de incienzo en los periodicos mientras la
sentencia es palida como una oración en los mitones.
Poseo y veo el tacto. Era sobrenatural porque
antiguamente los acrobatas dormían junto a los osos
y a lo sumo se devoraban entre ellos.
Partes de semaforos en el cesped.
La linterna de una gama de cera sobre kilometros
de yeso, mientras oíamos por la noche y eso nocturno
parecía escapar del día como el misterio lo hace
de la realidad.
Un tacto. Lleva una urna y mira siempre en los
colores ungidos entre los dirigibles.
Junta las escamas regadas en los puertos para
construir de nuevo la piel de un pez por la noche.
Para seguidamente en el misterio de la misma
buscar su esqueleto.
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