sábado, 16 de enero de 2016
Las Uñas de Yeso
Sobre lo matinal enciende el arpa su gaviota.
Su nucleo de transparentes fantasmagorìas.
El pajaro vuelve a ser una urna.
Espejos de citaras entre redenciònes de lianas
y los mamiferos dan paso a un cuchillo.
Sobrenaturales estrucuturas de ensueño en la
intuiciòn, con adoquines de gravedad y
palidos enjambres alcanzando el ambar. Oraciones
de yeso en las uñas.
Milimetricos parajes del destino en las huellas
de un caudal, invernando junto a un rostro, bajo ese
menguante donde las estrellas son de plastilina.
Callejones donde la ojiva examina termometros
despuès de dormir en la axila durante toda una temporada.
Versiones del mar en un hechizo, ataviado de tambores
en cada uno de sus àrboles.
Arboles cada vez màs lejos del mar, en esta mesa, en
esta silla como ahora. Traen presentes de ignorancia y
muselina.
Traen verbos como la personalidad de una herida, que
desde los aniversarios desnuda cada travesaño del mundo
donde la avispa escribe. Yo nunca vi a una hacerlo. Yo
sòlo lo sospecho en esta orilla carnivora de letras,
bajo una pronunciaciòn que dejò de ser sagrada en
este instante. Cosa que se deba quizà al poema.
Tierras con terrestres manicomios de banderas en los que
una palabra encierra a la otra hasta la llegada de la primavera.
Puertos de pianos ahora en las fabricas y nidos de una
lechuzas entre un cenit de destrucciòn violeta.
Ornamentos de sediciòn en nuestros ojos buscando
materiales impregnados de urnas.
Cordilleras donde el oceano cuenta en los regueros
de arena, la llegada de maritimas disciplinas.
Todas arrastran la sombra de un astro en sus colas.
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