domingo, 2 de febrero de 2014

El Número de las Hojas





Nunca he contado las hojas de este árbol.
Ello implicaría la vida de este verano, incluso del otoño.
Lo cual significa que llegaría al invierno con
los huesos adheridos a mi piel o viceversa: es 
imposible alimentarse cuando se hacen
estas cosas. Sólo estámos desnudos.

Tampoco podría contar los átomos del agua
en una laguna: tendría que ser microscópico.
Tendría que no haber evolucionado.
Y ser una celula apartada de otras, la cual nunca
se unirá a ellas para formar un tejido, por ejemplo.

Nunca he tomado el espacio de la habitación
donde vivo para objetivar el aire. Tendría
que haber escrito alguna historia
donde la metafisica sería el
personaje: asi en el diálogo con ella
hubiera aprendido.

Pero nunca conté las hojas de un árbo.
Y este poema que continuó hasta llegar a 
la metafisica, nunca logrará decirlo, formarlo,
crearlo semejante a la creación cuando
inspira hechos como el siguiente:

Subir a un árbol y creer que un verano y un
otoño serán posibles para contar sus hojas.



Guillermo paredes mattos


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