jueves, 20 de febrero de 2014
El Arbol Judio
Tambièn forzada morfologìa
Un juguete en el vahido del dios de arnes..
Devoto de ninguna inmortalidad.
Recorriò los pantanos a la vez que velàmenes.
Inundò estandartes y voluminosas sienes
donde la estirpe tuvo al sustantivo como predicador
de funciones politicas: salvas marginalmente
en la hora literaria de lo marginal;
ambas contraponièndose
desde lo gramàtico; llevaban peines
y depiladores. Membranas grises de cuadernos.
Una làpida temblorosa de rayo.
Por ser marginales es menester de nuestro
yo literario, encontrar las misteriosas gimnasias que
rodean su amor para acabarlos.
Masacres de escarnio y velo prodigiosamente
extirpan abedules del trueno, un templario
vibra entre tulipanes. Languidos naipes que
silban amarillos. Todo jueguete hoy vuelve al
ser de una cultura impregnada
de forasteros.
Menciones de dios esculturalmente con una
boina de aceite.
Marchas sutiles de idiosincracias con lunàticos
hierros de parlantes.
Entre miradores y planetarios aùn la hierba truena
como una sinagoga.
Y un àrbol judio despierta en la estrella.
Guillermo paredes
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