domingo, 9 de febrero de 2014

El Mineral en la Boca





Durante el poema;
hay muchos siglos y propiedades de barro,
lo escencial como parte de una
liebre tocando un arnes
con un jacinto de roble en sus manos.

Durante el poema, muchos de nosotros
coinciden con el mar de manera intuitiva y 
por mas que el texto no lleve un oceano
sabemos que cada palabra es un
instinto proveniente de èl:a veces
el pulso y la materia, el unigenito lleno
de cadmios y leyendas; por decir
irònica y si es posible
formalmente.

Para comprenderlo no hay necesidad sino
de esa dialectica donde el sino 
nos conduce a la 
ignorancia: cierto yelmo con
que la inspiraciòn justifica sus bordes.
Sus pròlogos sin pètalos a veces
en el corazòn.
Su cartografìa para un ser que irìa por
el lumen si todo lograra
reproducirse
como en un evento: lirico por decir,
en el cual la poesìa vuelve
a la prolongaciòn de 
una figura no menos accidentada.

Sòlo que esta vez la llena de veleros
y poncianas.

Sòlo que esta vez tambièn es de calcio.

Aprendiendo a conocer minerales en
sus labios.



Guillermo paredes mattos

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