miércoles, 5 de febrero de 2014
Astrales Espeleologìas
Hoy estaba el lunar.
Era dinastico mientras los nombres volvìan
a pronunciarse.
Dicotòmico y sin derecho a la felicidad con
reliquias.
Me contestaba de manera oficial y a la vez
recorrìa industrialmente el polen
de su quimica.
Objetivamente era la particularidad que
dejan algunos demonios cuando
encarnan.
Particularmente recitaban papiros de murcielago
en el sesgo de los brocales.
Tomè ninguna posiciòn ante sus colores pues
poseìa màs de uno.
Tomò mi frente y midiendo su temperatura
me enseño un sarcòfago. un rehen.
Un trueno se abriò desde el mismo con girasoles que
cierran la tierra.
Unos limites con trascendencia de polvo; a la
medida de las cenizas.
Pensè en los encantamientos acompañado de
una marioneta.
Abreviè el sentimiento del palmar obedeciendo
a los deltas giratorios en la playa.
Volvì a entonar en la reencarnaciòn el oriente
disecado de un elefante.
Evoquè que no fuì entrenado para dormir sobre
un hilo, no.
Hoy el lunar.
Antes de èl hojas de platino habìan caido
lejos de escarlatas.
Muy anteriormente se habìa decidido por èl
despuès que las constelaciones en
el cielo acabaran.
No supe quien lo hizo.
Lo cierto que el lunar guardaba una desiciòn
igual como el agua que bebo.
Semejante a una astral espeleologìa.
Guillermo paredes mattos
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