sábado, 22 de febrero de 2014

Carbón







Ciñese junto a un intelectual.
Lo he deducido por las cosas que llevaba.
Por lo que hacía en ellas.
Y existieron porque aquel intelectual
las tocaba de extremo a extremo, con el juicio
que sólo puede dar la hojarasca. Con saetas que
son creadas al ser tocadas por el
oceano. Pero un intelectual va más alla del oceano.
Por ello puedo afirmar que estuve
ante su vida -no como un hecho-
un intelectual es un evento de granizo superlativo
que llega a separanos. A contar los 
crepúsculos que nuestra vida no logra formar
en el hemisferio.

- al menos ésta-

He vivido frente a un intelectual por las
cosas que educaba: un elefante, un saltamones
una cubierta de arrecifes. 

Un manuscrito donde las pergolas abren el
insomnio de algún personajes.

Aquel que entre condiciones de estambre.

Rueda entre la organicidad de una gripe.

De un verosimil estandarte como
el frio.

Creando una aguja de saliva en un río.

- todo esto acontece en el carbón cuando es olvidado-


Guillermo





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