martes, 18 de febrero de 2014

Solsticio de Ballena








No hay porquè preocuparse si la palabra escribe demasiado.
Tarde temprano con sentido o no, el lenguaje detendra sus
silabas. No hay porquè mirar algun celeste e interrogar:
sin lo divino la pregunta siempre ira a la deriva -serà una
pregunta solamente- Una pregunta no siempre es el principio
del universo; una llamada silenciosa del tranvia en
el oceano, un telèfòno paradòjico que alerta a los brillos
de antorchas y fogatas; esto ultimo es caminar sucediendo
caminar y suceder son verbalidades juiciosas, pero no 
siempre justas, lo sabemos por las estrellas que siguen
al viento cuando se transforma en forastero; que sea
esta vez de escarcha, polietileno si queremos.

No siempre es necesaria la experiencia, con o sin ella
siempre leemos en la polvora. Los accidentes son para
los que comulgan con el aire o los cefiros que en la antigua
historia del coral repiten vidrios y mutaciones
alevines con el prefijo post en cada monòlogo.
Asi que el monògo asciende a los àrboles para
observar la caida del prefijo.

No es importante la duda si la verdad opera con la 
temporada o la temperatura de flautas que escuchan
mas que el mismo eco. Hay mucha gente que vivirà
y acentuarà su muerte en una flauta, junto al escarpin
del aulo o la inercia de la posibilidad ante la arena: por
ejemplo como hoy...

Esta arena que me ofrece una orilla y a la cual sòlo
le ofrezco mi vida.

Ambos absolutamente dedicados a contar ballenas.







No hay comentarios:

Publicar un comentario