jueves, 10 de agosto de 2017
Los Limites del Racimo
Todo aquello que al retirarse del agua recrea un fragmento.
El apogeo de un universo de relieves en el polen.
La luna de escafandras bañada por los antilopes.
El ciclo de arcilla entre los semidioses.
El planeta fugaz y verosimil como las primeras trampas
del hambre. Aquellas que son estèticas y deàmbulan
como metàforas entre la realidad.
Las orbitas caminando hacia una primavera de libèlulas.
El resorte del crucifijo sobre la alameda del ojo
insinuando una abominaciòn o un simulacro de cebollas
amarillas.
El viento igual a una ocupaciòn.
A una intervenciòn.
El depòsito de aire que era realmente un tanque de oxigeno
tipificado por la ley en los huesos.
En las reinvindicaciones.
En los amuletos con los que buscamos estantardes para
llegar a las corolas.
Todo aquello que es sintètico y plano como un pez.
El zinc sobre una temporada de articulaciones.
La señal de oxido en la cadeneta donde los escarpines
vomitan sobre nuestras mandibulas
llenos de gritos y circuncisiones.
Aquello sobretodo ideal.
Confeccionando el peso del pan.
El equilibrio de un prisma que recala en los galeones.
Que supura en las equidistancias.
Y toma una batalla del peciolo màs ornamental en la carne.
Es decir aquel que deserta de la piel.
Sobre estatuas y limites de racimos
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