viernes, 25 de agosto de 2017

La Palidez de Este Invierno






Antiguas imagenes.
Extraños pájaros que vuelven a los puertos.
Todavía celestes bandadas donde el aliento 
separa el polen del trigo.
El soplo de cualquier agitar.
La vibración de una araña en el sueño.

Y en los frutos una inscripción.
Una flor de madera y de metal.
Un crucifijo en el interior de la muerte iluminando 
la vida. 

Desde ella aquellos que pueden ver el oceano.
-pero no el que miran los ojos-
La ola inspirada por lo ciclos.
La lluvia desnudando una jarcia en las 
crestas.
Un lirio o un preámbulo.
Una cita de barro secuestrada por el anhelo
en lo más profundo del agua.

En ellas el lienzo y el metal.
El purpura y lo lacrimógeno.
El estelar paseo de una corola maldiciendo.
Profanando rascacielos de acrilico. 
Raices de goma. Temporadas de espuma
o radiactividad.
Torpores o
anclas.

Antiguas imagenes. 
Sobre ellas una moneda levanta su atavismo.
Su único mandamiento imitado por el veneno.
El sacrificio en forma de prologo o altar.
Una especie de jardín rozando los limites.
Empujando en las manos las fronteras.

Hasta llegar a ese hemisferio donde habita 
el invierno.

Exaltado. Casi puro y doméstico.
Ebrio de zonas, cascaras y parpados.

Iguales a la palidez de este invierno.








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