lunes, 14 de agosto de 2017

Las Semillas de Carne






Cada uno de nosotros nos encontramos sobre las
hojas. Para que de noche ello sea definitivo.

Vivimos debajo de los faroles, es cierto.

Caminamos hasta el mar, porque allì se hallan
encerrados los nombres del petroleo.

Cada cual. Cada quien mientras libera
una rada. Un esceptico cono o el azucar en los labios
en pleno desarrollo entre la saliva.

Mentados sobre vaivenes propicios, asaltamos
las escaleras de un niño inaudito, con pigmentos que por
la tarde lo resucitan amarillo.

Inusuales como las gotas o algunos espirales
que cortan las rendijas de los cactus
desconfiamos de lo verosimil o las paginas increibles
de un zocalo, jugando con la nieve
en un plano otoñal
lleno de sangre.

Cada uno una cascada. Una saliente.
Un helicoptero en la cabecera de una cama.
Una aleta o algo que pueda asemejarse a una escama.
Un dìa primordial o proceloso, lleno de sistemas iguales
a aquellos escondidos en los àngulos donde 
màs de una bota bebe del perimetro
sembrado de carne entre las
alambradas.

Sembrado de papeles.

En un mundo.

En una dimensiòn donde curiosamente las semillas
de aquellos papeles son de carne.





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