martes, 8 de agosto de 2017
El Nombre de la Poesía
No es extraña.
La flor que camina por los sepulcros con una aguja.
El recorrido del agua sobre un movimiento de arena.
La memoria de un manantial donde beben por la tarde
algunas figuras.
No es misterioso el insomnio atado a los bosques
ni las desquiciadas cadenas que imitan las corolas de
los árboles.
No, no lo es.
Tampoco el lenguaje en el alfabeto de la cera.
En los duplicados de la orina y las cabelleras de los
rascacielos desprendiendose en una gota.
En los microorganismos y los paraderos de bronce
semejantaes a la intensidad de un asta.
A la ilusión de una lengua arrastrandose en las uñas.
En las cadenetas de barro.
En las apariciones de un camelo con un megáfono en la boca
pronunciando un nombre que nos es familiar.
Como decir prado u anilina.
Como pronunciar interrogatorio o araña que humedece
los trompos
o encaminandose a la espuma busca en los relieves
de la misma el sueño de las crestas.
El paso del oceano a la identidad.
Uno milenario.
Lleno de silenciosos ancestros.
Llevando sólo en las sombras el nombre de la poesía.
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