viernes, 2 de junio de 2017
La Selva de Agua
Creo recordar algunas siluetas.
Se encontraban en al aliento de una proa.
En los proyectos de las escamas cuando exhortaban
por la noche o frecuentaban un pàjaro
exiliado en la brea.
Creo recordar. Evocar desde los puentes en una
mandarina justo en el momento que lo hialino arrancaba
sus cascaras.
Trotes bàsicos de aluminio en una cuerda.
Coherencias al final de una astronomìa.
Jaulas de hollìn en cada mano para los guepardos.
A ellas regresaban al mediodìa, justo despuès de un ayuno
intentando encontrar su respectivo hormiguero.
Citaras en todo caso empujando zocalos y cohortes.
Linternas de algodòn y orillas donde lo ùnico
que deja una ola al final es siempre una luz mistica.
Una infancia esotèrica al filo de los lapices.
Una elipsis cubierta de fantasmas.
En ellos resaca la gravedad y el hilo.
En ellos el invierno que regresa proclive a una ninguna
belleza.
Creo recordar una silueta. Los muelles del algodòn
un amanecer en que las palabras llegaban
de las sombras con un sequito de demonios maravillosos.
Todos alejandose ya de las raices.
Con una selva de agua en cada uno de sus ojos.
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