jueves, 15 de junio de 2017

La Interpretaciòn de la Luna





Digamos que el recorrido de la entraña es un 
tacito animal. Que la idolatrìa es sòlo una interpretaciòn
de la luna.

Que entre numismaticas y albedrìos tejen los
corredores una llanta con presentes de algas y algunos
dibujos orientandose a las oligarquìas
representan argamasas.

Digamos que el dìa es un marsupial.
Que la herencia del polen es ambidiestra y marginal.
Que los craneos y lupas.
Que en cada cubierta el trigo seguramente elaborò alguna
de sus escaleras. Que el pergamino es gris
en una caminata de acido.
Que cada vereda es un yacimiento de fosforo con
increibles semejanzas con los alunizajes.

Y en esa brisa que recorre simetrìas
el conocimiento de una jaurìa es una reyerta de papel
ebria de sinagogas.

Allì las luces caracterizan la llegada a un zoològico.
La llegada a la existencia del peine y el amor.
A la retorica màs verosìmil de un menguante forjado
por los crateres en un simil o un corte
fidedigno
de esos -por ejemplo- que habitan las pergolas.
Los suburbios enarenados.
La elaboraciòn de las cigarras por un niño que
asumimos
como un evento industrial en los palcos de las
ortografìas.

Donde algo simetrico como el napalm se yergue.





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