lunes, 5 de junio de 2017
La Llama de las Tijeras
No nos conocimos entre pàjaros.
En cada uno de mis dedos habita aùn un murcielago.
Y la fotografìa data de un tiempo en que un ser
adquirìa ajos.
-creo tener la seguridad de que todavìa lo hace-
Canteras y kilogramos de lluvia por donde
anduvieron argamasas. Periodos de sed en el coral
despuès que la distancia alzaba hacia el vidrio
una corola.
-la corola era de arcilla y ceniza-
No poseo tu nombre ni el mìo porque despuès de caminar
por la hierba fueron arrancados de nuestra vida por
la misma. Ahora estamos desnudos.
-pero con nombres o sin ellos siempre estuvimos
desnudos-
Nada es diferente bajo esa inmensidad que nunca
deseamos.
-la inmensidad no es el infinito-
Pero el infinito tiene pelìcanos.
Lunas donde las canteras no son de carbòn.
Ni los peciolos son encendidos por la llama de las
tijeras.
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