lunes, 27 de octubre de 2014

Simil de la Naturaleza







Eufonía de civilizado barro. Tradición de insomnio
errante. Composición de laud sobre un esbirro donde 
las campanadas se mecen. Pienso hoy en tus cartas 
y en la nieve, medito en tu deseo; aquel que dejas
antes del placer para que tu espíritu logre llegar
a la sensualidad; aquel que nombras entre
lo voluptuoso.

Hace tiempo fuiste trazado por ese erotismo
y en las silabas del pensamiento conduciste ello
al estadío.

Vibrante silencio de caballo.
Equino responsable de los idolos. Tal erotismo hoy
desciende hacia la lluvia de la tierra para comprender 
sus ventanas: ventanas meditando mas que una 
bujía; consecuencia en la piel hoy que duerme 
en la leyenda de una legua; sintetico trance
donde un ansia llega al centinela y un eden
fugitivo termina de colocar su distancia
en los ojos y los estuarios donde yace 
el hemisferio -no el horizonte- ni 
las temporadas de la fragua
buscando otra forma de 
llegar al erotismo
uno que pueda envolverlo
como las encrucijadas a la belleza.

Uno que nos haga tan objetivos a ese roce.

Semejantes a la naturaleza.





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