viernes, 10 de octubre de 2014
Poema
La escalera en el tallo salpicada de cadenas.
La tribu de juicios junto a una mancha de
piedras descoloridas. Un tremante.
El destino sobre la oraciòn y su metamorfosis
de cabaña. El escrito del cactus ahora que
el agua cierra un remolino. La espina sagrada
cortando el horizonte con un legendario
resplandor allende a los silencios
al espìritu de los racimos
a lo que florece en una caverna
con sus dìas semejantes a hechos esenciales
volviendo hacia una particula
o una dimensiòn de centigrados.
Un narrar de goma.
La nomenclatura del itsmo.
La nociòn de un esgrima ahora, llenando
los labios con puntos donde las visagras y las
silabas muestran una consonante sobrenatural
extendiendo un espejo. Un mundo de
fuselajes como la expresion
cuando abre la espuma
reencarnandose en un baùl, en una cisterna, en procesiones
polìticas junto a la espera del ficus.
Las gradas en aquella escalera silbando en el hielo.
La protuberancia del mar cuando muestra
su piel en un cefiro que no es diferente
y conduce poemas hasta la semejanza
con un àrbol. Allì libelulas
de infancias veteranas continùan...
Y los nùmeros se agolpan.
Algebraicos como una inocencia de muelles.
Como una inspiraciòn donde crecen las lilas.
Y el destino en ellas es un significado
de barcos.
Que al perderse, logran perfilarse
con una sola sien entre la aurora.
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