viernes, 10 de octubre de 2014

La Intensidad de los Bulbos





A què idioma llegamos.
Con cùal de los pàjaros hundièndose en 
las balaustradas?

En què tierra de resplandores con un 
paisaje mìstico de crateres y una evoluciòn
de plastico?

Estos eran los nogales?. Por aquì principiaba
el pètalo del helecho; la cosmogonìa
de la elipse uniendose en
el atardecer a los nucleos?

En cual de todas las preguntas inspirada
en los oboes?

Dònde quedaba el patio, el grial original
del trigo desatando universos de albuferas
y la violenta rosaleda del pino escondida?

-fantasìas de ritos cabalgando entre
la sombra junto al dromedario que
lleva la primavera de un equino-

Cùal de todas era nuestra palabra; el solido
resucitando en la marea y en los cortejos
de niebla sobre dirigibles del cielo.

Cùal de todas no lo era?

En dònde la reencarnaciòn, la intensidad
de los bulbos y el pavimento de polen
invadiendo los carteles de una casa transparente?

Què palabra se encontrò con la nuestra
convirtiendose en sonido y asi volviò a la suya?

A los clanes escarlatas de los espejismos.

A las manifestaciones de bucles que la brea
juntaba esperando en ellos el solfeo
de una vibrante astrologìa.

En dònde la soledad y travesaños donde
las arañas guardan acompañadas
de la mimesis
el plateado rubor de los lustros?

Cùal de todos los eclipses 
representando los aniversarios de
un hoguera en los dequeismos?

En dònde el vaiven de las manadas?

Y la morgologìa del polvo al ser
mezclada con el agua?

Allì donde es formada
la tierra.











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